San Atilano




Anónimo, ¿?
Parroquia de San Pedro y San Ildefonso - Real, muy Antigua e Ilustre Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano
Zamora


En la ciudad de Zamora, también en Hispania, san Atilano, obispo, que, siendo monje, fue compañero de san Froilán en la predicación de Cristo por las tierras devastadas por los musulmanes (916) 
Martirologio Romano


Existe una polémica sobre la identificación de Atilano y de su compañero Froilán, respectivamente obispos de Zamora y León, ya que existieron dos parejas coetáneas en ambas diócesis en dos periodos diferentes: entre 901 y 917 y entre 990 y 1009, aunque tradicionalmente a san Atilano se le cita como primer obispo de la diócesis zamorana. Siguiendo la cronología del último Atilano, debió nacer a mediados del siglo X en Tarazona (Zaragoza), ingresando en un monasterio cercano a los 15 años, abandonando tierras aragonesas poco después, buscando la reforma monástica que se daba en esos momentos en las tierras de El Bierzo, donde conoció a Froilán. Su fama de santidad se extendió, llegando a oídos del rey Ramiro III, instándoles a fundar nuevos monasterios, surgiendo así el primitivo monasterio de Moreruela. En el año 990, estandos vacantes las sedes de León y Zamora, fueron consagrados obispos Froilán y Atilano el día de Pentecostés. Tras veinte años de episcopado, muere Atilano en el año 1009, siendo enterrado en la iglesia de san Pedro, que se supone hacía las funciones de Catedral. En 1092, el Papa Urbano II lo canonizó, siendo uno de los primeros santos en ser elevado a los altares en Roma, cuando antiguamente eran los obispos los que hacían esta función en su diócesis. Poco después sería proclamado de forma popular patrono de Zamora. El 26 de mayo de 1260 se descubrieron los restos de san Ildefonso, suponiendo la tradición que junto a sus restos estaban también los de san Atilano. Según el lema inscrito en el presbiterio de la iglesia de san Pedro y san Ildefonso, los santos cuerpos fueron elevados al altar mayor del templo en el año 1496, una vez que se tomaron todas las medidas necesarias para evitar el robo de los restos de san Ildefonso por parte de la ciudad y diócesis de Toledo, los cuales lo intentaron en dicho siglo, pero llevándose el cráneo de san Atilano y no el de san Ildefonso.

San Atilano es patrono de la diócesis de Zamora, conocido popularmente por su anillo episcopal. La leyenda cuenta cómo Atilano, tras diez años de episcopado, decide realizar una peregrinación a Tierra Santa, considerando que los males que asolaban su diócesis procedían de sus pecados. Marchó sin decírselo a nadie, cruzando el antiguo puente romano, en el cual lanzó este anillo, prometiéndose en su interior que no volvería hasta que lo recuperase. Tras su paso, cuenta la leyenda que el puente se derrumbó. Tras un tiempo, san Atilano escuchó una voz que le decía que tenía que volver a su diócesis. Al llegar a las cercanías de la ciudad, no se atrevió a entrar, recordando su promesa, siendo hospedado en una posada para peregrinos (san Vicente de Cornú), regentada por un matrimonio. Allí, el santo se ofreció a realizar alguna tarea doméstica, ofreciéndole los posaderos, desconocedores de quién era el peregrino, que arreglara un barbo recién traído como limosna desde el obispado. San Atilano se puso a preparar el pescado, introduciendo su mano en el interior, donde encontró el anillo. La leyenda cuenta cómo en ese momento, Atilano se vio revestido de sus ropajes episcopales, tocando a gloria todas las campanas de la ciudad y congregando al pueblo a las afueras de la ciudad, a la espera de su perdido obispo. El anillo se venera hoy en la iglesia arciprestal de san Pedro y san Ildefonso cada 5 de octubre, fiesta de san Atilano. El relicario, con forma de cruz, está realizado en plata en su color, sobredorada y con esmaltes en el último tercio del siglo XVI.

Los restos de ambos obispos fueron ocultados en la torre de la iglesia, para poder así defender las reliquias de san Ildefonso de la reclamación que pronto haría la ciudad de Toledo. Para ello también se fundaría una cofradía que los custodiara. En 1455, el papa Benedcito XIII autoriza la exposición permanente de los restos a los fieles, siendo trasladados desde su escondite a un altar lateral, y posteriormente, siendo elevados sobre la capilla mayor en 1496, dotando de la mayor seguridad posible a las reliquias. A día de hoy se conserva la tradición de los claveros, que antiguamente era el obispo (y en su representación el Deán del cabildo de la Catedral), el Ayuntamiento y la cofradía de san Ildefonso, aunque con la desaparición de esta última cofradía, pasó a la parroquia. Diferentes reyes visitaron y veneraron los sagrados restos, resaltando la importancia de san Ildefonso, considerado casi un padre de la Iglesia latina. Los reyes que viajaron a Zamora y veneraron los cuerpos santos fueron:

- Juan II en 1427
- Carlos V de Alemania y I de España en 1522
- Felipe II, 1554
- Felipe III, el 14 de febrero en 1602
- Alfonso XII, el 11 de septiembre de 1877.

Las reliquias solo son bajadas de su reja por motivos extraordinarios. Aunque generalmente ha primado el culto de san Ildefonso sobre el de san Atilano, los Cuerpos Santos habitualmente han sido descendidos juntos, protagonizando procesiones generales y rogativas. A continuación relatamos las procesiones de los Cuerpos Santos de las cuales tenemos constancia:

- El 26 de mayo de 1496, con motivo de su ascenso a la capilla alta del retablo mayor. Se celebró una solemne procesión en la que participaron todas las cofradías y estamentos de la ciudad, con sus imágenes y reliquias. Los restos se trasladaron a la Catedral, donde se celebraron diversos oficios, para después retornar a su templo y ser entronizadas en la nueva capilla mayor.
- En 1523 y 1557, con motivo de la peste y la sequía, participando las reliquias de ambos cuerpos santos.
- En 1571 y 1580 se sacó en procesión el cuerpo de san Atilano y la cabeza de san Ildefonso, por el mismo motivo que en los anteriores años, costumbre que aprobó el Ayuntamiento en 1588. En 1587, con motivo de la salida de la Armada Invencible, se verificó dicho acuerdo. La procesión llegó hasta la antigua iglesia de San Vicente de Cornú (actual cementerio), siendo portados los restos de san Atilano por monjes de Moreruela y Valparaíso.
- En 1615, en agradecimiento por el casamiento del príncipe Felipe.
- En 1619 y 1621, por la enfermedad del rey Felipe III.
- En 1627, por el "garrotillo" que aquejaba a la población.
- En 1644, hubo una solemne procesión para extraer de la urna una reliquia de san Atilano para la ciudad de Tarazona.
- En 1662, se celebraron grandes fastos por la concesión de otra reliquia al monasterio de Moreruela. - En 1680, por la grave sequía que padecía Zamora y su tierra, los sexmeros solicitaron celebrar rogativas con el cuerpo de san Atilano, pero debido a la urgente necesidad y al tiempo prolongado que requería el protocolo para descender el Cuerpo Santo, se hizo procesión con el Anillo y rogativa a la ermita del santo (actual Cementerio). Conseguida la lluvia, se celebró solemne octavario en honor de san Atilano. - El 20 de septiembre de 1696, con motivo de la enfermedad de Carlos II. Participaron las reliquias de los dos cuerpos, siendo trasladados a la Catedral. El 25 de septiembre se organizó una procesión general por la ciudad, que adornó las calles. El itinerario seguido fue: Catedral, Rúa, Plaza (Mayor), Renova, plazuela de la Yerba (actual Sagasta), dando la vuelta por la iglesia de Santiago hasta el Hospital de Sotelo, Riego, Cárcaba (Costanilla), Platería, Plaza (Mayor), San Juan, Hospital nuevo de la Encarnación, plazuela del Conde de Aliste (Viriato), ermita del Socorro, Rúa e iglesia de San Ildefonso.
- El 4 de octubre de 1698, se expusieron los restos de ambos santos en su iglesia, con motivo de la hechura de una nueva arqueta.
- En 1885, por el cólera morbo, saliendo también la Bendita Cruz de Carne y la Virgen del Tránsito.
- En noviembre de 1990, los cuerpos santos fueron devueltos a su templo, tras más de una década de obras de restauración en el templo. Durante estos años, los Cuerpos Santos fueron venerados en el convento del Corpus Christi. En dicho mes, las reliquias fueron trasladadas a la Catedral, donde se celebraron diversos cultos. Tras estos, se organizó una procesión de vuelta a la iglesia de san Pedro y san Ildefonso, donde fueron mostradas al pueblo, y devueltas a la capilla alta.
- En octubre de 2001, se celebró el IX centenario de la diócesis de Zamora. Para este evento, se descendió el cuerpo de san Atilano, siendo trasladado hasta la iglesia de san Andrés, que hacía las funciones de catedral mientras el primer templo acogía la exposición de las Edades del Hombre.
- El 23 y 24 de junio de 2007, los restos de san Ildefonso fueron descendidos para viajar a la ciudad de Toledo en el marco de las celebraciones del centenario de su nacimiento.
- El 28 de agosto de 2009, los restos de san Atilano fueron trasladados a la ciudad de Tarazona, donde nació el santo.

La Real, muy Antigua e Ilustre Cofradía de Caballeros Cubicularios de san Ildefonso y san Atilano, se funda según la tradición tras el descubrimiento de los restos del santo toledano en 1260, aunque las referencias documentales más antiguas pertenecen a 1415, siendo sus estatutos más antiguos los de 1503. Dicha hermandad nobiliaria se fundó con la pretensión de defender la permanencia del cuerpo de san Ildefonso en Zamora, haciendo un juramento de sangre, y resistiendo a lo largo de siglos a los requirimientos de reyes y papas. Dicha cofradía quedó extinta, fundándose la corporación actual en 1967. Los cofrades visten manto capitular de color verde, con cuello bajo, embozo blanco y con la empresa de la corporación bordada en la izquierda de la prenda y a la altura del pecho, el manto se sujeta por un cordón de seda blanca finalizado en dos borlas doradas. También tiene una sección de damas, que visten de negro, peineta y mantilla, prendida con un lazo la empresa de la corporación al pecho.






* Imágenes de la parroquia de San Pedro y San Ildefonso.


Bibliografía:

Zamoranos ilustres. Florián Ferrero y Concha Ventura.

San Atilano, Obispo y Patrón de Zamora : apuntes históricos de su vida, culto y santuarios que le están dedicados (1901) García Martínez, Jesús.

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