La flagelación




Antonio Tomé, 1698
Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, Nuestra Señora de las 
Angustias Soledad y Ánimas de la Campanilla
Toro (Zamora)




Grupo escultórico encargado por la antigua cofradía de la Vera Cruz, con la cual desfilaba cada tarde del Jueves Santo en la llamada popularmente procesión del Tropel. El grupo se trasladó en 1812 a la parroquia de San Sebastián de los Caballeros, donde la imagen del Señor comenzó a gozar de cierta devoción en la feligresía. En 1885 se refundó la cofradía fusionándose con la Sacramental de este templo, recuperándose la procesión del Jueves Santo, aunque no consiguió consolidarse y años después volvió a la inactividad. En 1897, ante la inexistencia de noticias de la hermandad de la Cruz, el abad de la cofradía de Jesús Nazareno, solicita la cesión del grupo a su hermandad para incorporarlo a la procesión del Viernes Santo, encontrándose la negativa del párroco de Santo Tomás que defiende la posibilidad de recuperar la procesión del Jueves Santo, como así debió ser. Desfiló hasta la década de los 50 del pasado siglo, cuando la cofradía de la Cruz cesó su actividad, siendo cedido el grupo a la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla, que acababa de sufrir en 1957 el incendio de la iglesia de Santa Catalina, habiendo perdido todos sus pasos a excepción del Ecce Homo. A partir de este año se incorporará al desfile del Viernes Santo, encontrándose actualmente expuesto en la iglesia de Santa Catalina junto al resto de imágenes de la hermandad.

La Hermandad Penitencial de la Vera Cruz debe fundarse a finales del siglo XV en el convento de San Francisco, conservándose una alusión a esta hermandad en las primeras reglas de la cofradía de Santa María de la Concepción y de la Luz de 1502, fundada en el mismo convento, y que recogía la obligación de sus cofrades de asistir confesados a la procesión del Jueves de Cena para alumbrar a los penitentes de esta cofradía. Organizaba su procesión en la tarde-noche del Jueves Santo, haciendo estación en la Colegiata y en la iglesia parroquial de San Julián. Participaban tanto hermanos de luz como de sangre, costumbre que se prohibió en el sínodo de Zamora de 1768. Esta cofradía la integraban personas de muy diferente condición social, desde linajes nobles de la ciudad hasta gentes más sencillas, y también mujeres y hasta monjas de clausura del convento de Santa Clara, aunque no ostentaran cargos o se flagelaran. Celebraba, como es habitual en estas corporaciones, una fiesta de gloria el 3 de mayo, con solemnes cultos y procesión. Como dato curioso, desfilaba en esta cofradía un paso formado por personas de carne y hueso, configurado por la representación de Cristo, san Juan, un centurión y tres sayones. Contra esta tradición luchó de manera particular la jerarquía eclesiástica, aunque se encontró con la defensa encarnizada de a cofradía, la cual al final tuvo que ceder suprimiéndolo en 1627. A finales del siglo XVIII la cofradía comienza a sufrir un importante declive, afectándole de manera importante la ocupación francesa del convento de San Francisco entre 1806 y 1813, quedando parcialmente arruinado su templo, hasta que en 1835 queda definitivamente desamortizado. La cofradía en 1812 queda establecida en San Sebastián de los Caballeros, donde celebrará sus cultos y procesiones, recuperando en 1826 la fiesta del 3 de mayo tras 19 años sin celebrarla. En los siguientes años volverá a quedar sin actividad, refundándose en 1885 con su unión a la cofradía del Santísimo de la iglesia de San Sebastián, tomando el nombre de cofradía del Señor y la Cruz, y recuperando la procesión del Jueves Santo (denominada popularmente como del Tropel) con los pasos de La flagelación, La oración en el Huerto y una dolorosa cedida por la iglesia del Santo Sepulcro. En 1897 la cofradía nuevamente se encuentra sin actividad, pretendiendo que se recupere la procesión del Jueves Santo al fusionarla con las cofradías del Señor de los templos de Santa Marina y Santo Tomás. De nuevo establecida la cofradía, en la década de los 50 realizará su última procesión penitencial el Jueves Santo, quedando desde entonces sin actividad alguna. Sus antiguos pasos eran: La oración en el Huerto, La flagelación, Jesús Crucificado, la Virgen de las Angustias, y la Exaltación de la Cruz, conjunto que integraba la Cruz y el emperador Constantino y su madre santa Elena arrodillados, realizado en 1623. Su túnica era negra con caperuz morado y cruz blanca al pecho.

La actual cofradía es el producto de la fusión de tres hermandades antiguas, todas ellas vinculadas al antiguo convento de San Francisco. La primera de ellas, la cofradía de Nuestra Señora de la Concepción y Luz, fundada en 1502, la cual no tenía carácter penitencial aunque el apellido de Luz podía hacer referencia a que realizaban el cometido de iluminar alguna procesión penitencial de dicho convento. También se le supone que en algún momento tuvo carácter gremial, en este caso de tejedores. Otra de las cofradías, sin conocer el cuándo se fusionarían, sería la de Ánimas, completando el nombre con el de "Campanilla" seguramente por el hecho de ir tocando este sencillo instrumento en alguna de las peticiones de limosna en el mes de noviembre y en otras ocasiones. Estas dos cofradías formarían una, que transformaría su advocación en la de la Virgen de las Angustias Soledad. La otra cofradía, la de Jesús Nazareno, aparece ya mencionada en 1569 como Dulce Nombre de Jesús Nazareno, muy relacionada con el gremio de los molineros. Tenía su sede en la capilla de Santa Catalina del convento de San Francisco, donde se unirán ambas cofradías en una sola a partir de 1739, quedando como vestigio de sus orígenes las túnicas negras y moradas que todavía hoy visten dependiendo de si forman parte de una u otra, aunque sean una sola hermandad. En 1817 ya se habla del traslado de la Cofradía a la parroquia de Santa Catalina tras la desamortización del convento. Será allí donde en 1957 un incendio arrase con todos los grupos escultóricos de la cofradía, perdiendo casi todo su patrimonio artístico y quedando reducida a cenizas la iglesia. Conservando exclusivamente el Ecce Homo, incorporando los antiguos pasos de la Vera Cruz (la Oración en el Huerto y la Flagelación) y la Dolorosa de los Siervos de María, fue rehaciendo su patrimonio poco a poco. Muy característico de esta cofradía es la presencia de los conqueros, cofrades limosneros bendecidos en la mañana del Jueves Santo que solicitan limosna para la Cofradía durante los dos días. Los pasos de la Cofradía son: Santa Cena, Adoración del Huerto, la Flagelación, Ecce Homo, Jesús del Perdón, Jesús Camino del Calvario, la Dolorosa, Jesús Nazareno y el Cirineo, la Verónica, La Desnudez o Rodopelo, la Cruz, Cristo al Expirar y la Soledad. 



Bibliografía: 

La Semana Santa en Toro. José Camarón Valderas. 2007.

El convento de San Francisco en Toro. La Opinión de Zamora. Ver aquí

La cofradía de la Vera Cruz de Toro: aspectos históricos-artísticos. José Navarro Talegón. Actas del IV Congreso Internacional de Hermandad y Cofradías de la Santa Vera Cruz. 2009.

1885: La cofradía del Señor y la Cruz y la procesión del Tropel del Jueves Santo. Roberto Castaño Joaquín. Revista Toro Cofrade. 2014.




Otras entradas:

Cristo de la Vera Cruz (aquí)

Santa Cena (aquí)
Santo Ecce Homo (aquí)
Camino del Calvario (aquí)
La Verónica (aquí)
El Cirineo (aquí)
La desnudez (aquí)

Nuestra Señora de los Dolores (aquí)

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